La activista sueca Greta Thunberg instó a la sociedad a que reduzca su ingesta de carne bovina. “Si las vacas conformaran un país, sería el tercero en emisiones de gases de efecto invernadero”, sólo detrás de EE.UU. y China, asegura la ONU, atribuyéndole casi 20% del total a la ganadería.
En parte, esto dio lugar a la reconversión de la industria y a la revolución de alimentos 4.0, que evitan el uso de ingredientes de origen animal y los recrean con componentes vegetales, imitando casi a la perfección sabores, texturas, aromas y colores de productos cárnicos. Y reduciendo no sólo la emisión de gases, también el uso intensivo de agua, tierras y por sobre todas las cosas reduciendo significativamente el sufrimiento de los animales.
La tendencia ya lleva 10 años, pero recién en 2019 el segmento mostró su verdadero potencial. En mayo, la empresa Beyond Meat agitó la campana de largada en Wall Street y sus acciones se dispararon 650% en apenas una semana. Ahora, ultima su desembarco en Argentina. Cuenta con el apoyo nada menos que de Bill Gates, el segundo hombre más rico del planeta, quien no duda en confesar que su comida favorita es la hamburguesa, el único “permitido” de su dieta vegetariana.
Gates confía en que el futuro de la alimentación será vegano. Seguramente por ello también invirtió en Impossible Foods, cuyos medallones de carne vegetal son ofrecidos en los Estados Unidos a través de Burger King; y Just, que ofrece réplicas vegetales de productos avícolas, como huevo, mayonesa y nuggets de pollo.
No es el único multimillonario que lo ve así: Jeff Bezos, dueño de Amazon y el hombre más rico del mundo, desembolsó a principio de año u$s30 millones en NotCo, una startup chilena que comenzó a vender su mayonesa vegana en Argentina a mitad de año y allana el camino para comercializar otros productos, como leche, helados y hasta su NotBurger.
La apuesta de Marfrig hacia el negocio de las hamburguesas plant based muestra la reconversión de un gigante que busca atender las demandas de las nuevas generaciones: no sólo es el cuarto productor a nivel global, sino además el “campeón” mundial en elaboración de medallones de carne.
“Nos estamos preparando para vender nuestras hamburguesas vegetales en la Argentina. También en Uruguay y Brasil. Tenemos planes para exportarlas a otros mercados que han demostrado interés”, señalan fuentes de la casa matriz.
De acuerdo con la compañía, el plan de expansión contempla arrancar en la tierra del asado y marcar una fuerte presencia en el canal de food services (restaurantes) y en las góndolas de los supermercados.
Por lo pronto, la producción ya comenzó en la planta que posee en Várzea Grande, Estado de Mato Grosso, cerca de la frontera con Bolivia. Está dedicada sólo a elaboración de alimentos vegetales, evitando el contacto con carnes, para que puedan ser consumidos por quienes siguen una dieta vegetariana estricta.
Además, está ubicada casi en el corazón de Sudamérica, lo que le significará menores costos logísticos para exportar las hamburguesas a todo el Cono Sur en una primera fase. También planea la venta a Estados Unidos y Asia.
“Tenemos la ventaja competitiva de poder producirlo en nuestras instalaciones de Argentina”, afirman desde Marfrig. La compañía posee una planta en la ciudad de San Jorge, Santa Fe, que elabora 3.400 toneladas mensuales de hamburguesas para cadenas de fast food y supermercados bajo las marcas Paty, Good Mark y Barfy.
Para conseguir la “receta” ideal, la firma brasileña aprovechó la alianza estratégica que mantiene con el gigante agrícola estadounidense Archer Daniels Midland (ADM), que cuenta con tecnología para diseñar alimentos plant based como sustitutos cárnicos y lácteos.
“Después de mucha investigación, ADM consiguió desarrollar una materia prima a base de vegetales. En el caso de nuestra hamburguesa, la soja -cuando se la procesa de forma adecuada- asegura sabor, textura y apariencia muy semejantes a la carne de origen animal”, destacan desde Marfrig.
Lo cierto es que la llegada a la Argentina es un hecho y ahora sus directivos están debatiendo cuál de las marcas de su portfolio utilizarán para las hamburguesas. Paty es la que tiene las mayores posibilidades, dada su fuerte presencia en el Cono Sur y considerando que desde este año se vende en Brasil.
Además, Marfrig confirma que apuntará tanto a los supermercados, donde acapara el 50% del share, como a las cadenas de fast-food. Con respecto a los precios, “ya fueron definidos”: se prevé que serán similares a la de los medallones cárnicos.
Con todo, la hamburguesa es sólo la punta del iceberg de la estrategia de Marfrig en el país. También planean lanzar otros productos, como versiones 4.0 de salchichas, milanesas y nuggets de pollo. “Existen muchas oportunidades para desarrollar productos vegetales. Ya hemos aprobado algunos que llegarán pronto, y quedan otros”, subraya la compañía.
Al igual que las otras empresas de alimentos 4.0 que están llegando a la Argentina, la firma brasileña no apunta a los veganos, un mercado que –a falta de estadísticas oficiales– representa menos del 5% de los argentinos según cálculos de nutricionistas.
Pero sí se dirige a los “flexitarianos”, una nueva categoría que crece con fuerza y ya representa al 44% de la población global. Se trata de quienes siguen una dieta basada en vegetales tras reducir significativamente su consumo de carnes, que ingieren en porciones más pequeñas y en menor frecuencia.