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El Amazonas se quema y te contamos por qué

Brasil muestra un aumento de incendios forestales de 83% respecto al año pasado.

La Amazonía arde. Y tal es la extensión de los incendios que afectan a esta región crucial para el planeta, que muchos estados amazónicos como Amazonas y Acre en Brasil se han declarado en emergencia o alerta ambiental.

Con más de 74.000 incendios registrados desde enero, según datos del INPE (siglas en portugués del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales de Brasil), Brasil muestra un aumento de incendios forestales de 83% respecto al año pasado.

Se trata del número de incendios más elevado desde que comenzaron a tomarse registros en 2013.

Y los incendios de la Amazonía no se han limitado a Brasil, también afectan las regiones amazónicas de Bolivia, Paraguay Perú.

¿Qué dio origen a estos múltiples incendios que generaron una ola internacional de críticas a la política ambiental del presidente brasileño, Jair Bolsonaro?

Una de las causas a las que suelen atribuirse los incendios forestales es la temporada seca. El ministro de Medio Ambiente brasileño, Ricardo Salles, publicó en su cuenta de Twitter el martes 20 de Agosto que “el clima seco, el viento y el calor hicieron que los incendios aumentaran en casi todo el país”.

Sin embargo, la agencia espacial INPEdijo que la gran cantidad de incendios forestales no se puede atribuir a la estación seca o los fenómenos naturales por sí solos.

“No hay nada anormal en el clima de este año ni en las lluvias en la región amazónica, que están un poco por debajo del promedio”, dijo el investigador del INPE Alberto Setzer a la agencia Reuters.

“La estación seca crea las condiciones favorables para el uso y la propagación del fuego, pero el inicio de un incendio es obra de los seres humanos, ya sea deliberadamente o por accidente”, dijo Setzer a la agencia Reuters.

Bolsonaro despidió recientemente al director del INPE después de criticar las estadísticas de la agencia que muestran un aumento de la deforestación en Brasil, diciendo que eran inexactas.

El aumento sin precedentes de los incendios forestales ha ocurrido desde que Bolsonaro asumió el poder en enero, prometiendo desarrollar la región amazónica para la agricultura y la minería, haciendo caso omiso de la preocupación internacional por el aumento de la deforestación.

Cuando se le preguntó sobre la propagación de incendios incontrolados, Bolsonaro rechazó las críticas, diciendo que era la época del año de la quema, cuando los agricultores utilizan el fuego para limpiar la tierra.

Número total de incendios entre el 1 de enero y el 20 de agosto.
Fuente: Instituto Nacional para las Investigaciones Espaciales (INPE)

Paulo Moutinho, investigador del IPAM, sostiene que el alarmante aumento en los incendios de la Amazonía brasileña se debe en gran parte al avance de la deforestación que se utiliza normalmente para criar ganado y cultivar soja y no a la temporada seca (que este año, dice, no ha provocado una sequía tan severa como en años anteriores), como sostiene el gobierno de Bolsonaro.

¿Cuál es la principal causa de los incendios en el Amazonas?

El 29 de noviembre de 2006, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) publicó una nota de prensa titulada «La ganadería amenaza el medio ambiente», basada en el informe «Livestock’s long shadow. Environmental issues and options» («La Larga Sombra del Ganado»), en la que se lee lo siguiente:
«El informe de la FAO explica que la ganadería utiliza hoy en día el 30 por ciento de la superficie terrestre del planeta, que en su mayor parte son pastizales, pero que ocupa también un 33 por ciento de toda la superficie cultivable, destinada a producir forraje. La tala de bosques para crear pastos es una de las principales causas de la deforestación, en especial en Latinoamérica, donde por ejemplo el 70 por ciento de los bosques que han desaparecido en el Amazonas se han dedicado a pastizales para el ganado».
El 6 de abril de 2006, Greenpeace Internacional publicó su informe «Devorando la Amazonia» sobre la deforestación amazónica que se está produciendo para introducir cultivos de soja y cómo esa soja acaba siendo exportada para la alimentación de ganado que acaba sirviendo de alimento en cadenas de comida rápida y supermercados. En dicho informe puede leerse lo siguiente:
«El 80% de la producción de soja de todo el mundo se dedica a la elaboración de piensos para la industria ganadera. La creciente demanda de piensos a base de soja por los agricultores europeos está expandiendo las fronteras agrícolas hasta la selva tropical amazónica. Europa compra la mitad de la soja exportada desde el estado amazónico de Mato Grosso, donde se cultiva el 90% de la soja de la selva tropical.

El 8 de junio de 2005, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) publicó una nota de prensa titulada «La ganadería extensiva destruye los bosques tropicales en Latinoamérica», que contiene las siguientes declaraciones de Henning Steinfeld, Jefe de la Subdirección de Información Ganadera y de Análisis y Política del Sector:

«La deforestación provocada por las grandes haciendas es una de las principales causas de la pérdida de especies animales y vegetales únicas en los bosques tropicales de Centro y Suramérica, así como de la emisión de carbono a la atmósfera», y continúa: «Es necesario encontrar con urgencia alternativas a la ganadería extensiva en Latinoamérica. Predecir los cambios del uso del suelo en los trópicos puede ayudar a los responsables políticos a comprender el enorme impacto ambiental de esta tendencia y desarrollar una política conservacionista».

En 2003, se publicó un estudio titulado «Causas do Desmatamento da Amazônia Brasileira», dirigido por S. Margulis y financiado por el Banco Mundial. El estudio demostró la relación directa que existe entre la deforestación y la producción ganadera, y explicaba detalladamente la forma en la que esta actividad fomenta la ocupación, el cambio de uso y el comercio de tierras explotadas ilegalmente (p.100).

La revista científica Nature publicó un artículo en el que se alertaba de que en 2050 se habrá perdido el 40% de la Amazonia si la tendencia actual de expansión agrícola continúa; con ello se amenazará la biodiversidad y se contribuirá gravemente al cambio climático.

«En Centroamérica, el 40 por ciento de las selvas tropicales han sido taladas o quemadas en los pasados 40 años, principalmente para pastos de ganado vacuno para el mercado de exportación, a menudo para carne de las hamburguesas de EE UU. La carne es demasiado cara para los pobres en los países exportadores de carne, pero sin embargo en muchos casos los pastos del ganado vacuno han sustituido a formas de agricultura tradicional muy productiva.» John Revington en World Rainforest Report

«Estamos destruyendo la Amazonia para alimentar vacas.» —Jeremy Rifkin, presidente de la Foundation on Economic Trends

En enero de 2009, Greenpeace España publicó un estudio titulado «Impacto de la ganadería en la Amazonía», donde se traza un mapa de las zonas de pasto de la Amazonia brasileña en el estado de Mato Grosso. Para ello, se ha empleado un nuevo método basado en el análisis de imágenes emitidas desde el satélite MODIS (Moderate Resolution Imaging Spectroradiometer) para identificar las áreas deforestadas que se utilizan actualmente con fines ganaderos y compararlas con aquellas destinadas a cultivos. En él puede leerse lo siguiente:

«La ganadería, actividad que se ha extendido de forma continuada desde principios de los setenta, es la principal responsable de la deforestación de la Amazonia y el resultado de más de treinta años de políticas gubernamentales que han priorizado las inversiones en infraestructuras (carreteras, embalses) y la ocupación del territorio (migraciones inducidas) así como la financiación pública de dichas actividades. Hoy en día, el territorio forestal ocupado ilegalmente resulta extremadamente barato, por lo que la cría de ganado en estas tierras es un negocio muy lucrativo que se encuentra en continua expansión. (…) Brasil tiene el mayor número de cabezas de ganado comercial del mundo y es desde el año 2003 el mayor exportador mundial de carne de bovino. Un estudio de Greenpeace basado en datos del gobierno brasileño revela que en 2006 el ganado ocupaba el 79,5% del territorio en uso de la Amazonia Legal brasileña (sin contar el estado de Maranhão). De acuerdo con estos datos, en 2006 había en la Amazonia Legal tres cabezas de ganado por habitante»

La ganadería extensiva es la principal causa de la deforestación en prácticamente todos los países amazónicos, y representa el 80% de la deforestación actual de la Amazonía (Nepstad et al. 2008).

Sólo la deforestación causada por la ganadería es responsable de la liberación de 340 millones de toneladas de carbono a la atmósfera cada año, lo que equivale a 3.4% de las emisiones mundiales actuales.

Además de la transformación forestal, los pastizales para ganado incrementan el riesgo de incendios y degradan los ecosistemas acuáticos y ribereños, provocando la erosión del suelo, la sedimentación de los ríos y la contaminación con materia orgánica. Las tendencias indican que la producción ganadera se está expandiendo en la Amazonía.

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