Los esfuerzos para frenar las emisiones de gases de efecto invernadero y los impactos del calentamiento global se quedarán muy cortos sin cambios drásticos en el uso global de la tierra, la agricultura y la dieta humana, según advirtió el último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
El documento especial del IPCC sobre el cambio climático y la tierra, difundido el jueves 8 de agosto en Ginebra, analiza el papel de las decisiones sobre manejo de la tierra tanto para reducir como para adaptarse al calentamiento global.
El IPCC es una organización intergubernamental de Naciones Unidas cuya misión es proveer una opinión objetiva y científica sobre la cuestión, sus impactos y las opciones de respuesta posibles.
Y su reporte, que fue elaborado por más de 100 científicos, afirma que el alto consumo de carne vacuna y productos lácteos, especialmente en los países de mayor ingreso, está alimentando la crisis climática.
"No queremos decir a la gente qué comer -aseguró Hans-Otto Pörtner, presidente del grupo de trabajo del IPCC sobre impactos, adaptación y vulnerabilidad-. Pero sería realmente beneficioso, tanto para el clima como para la salud humana, que la gente de muchos países desarrollados consumiera menos carne, y que la política creara incentivos apropiados a tal efecto".
Hans-Otto Pörtner - ipcc
“La forma en que producimos los alimentos importa tanto como nuestra dieta. El reporte concluye que las dietas basadas en alimentos de origen vegetal (cereales, legumbres, frutas y verduras) y animal, producidos de forma sostenible, se adaptan mejor al cambio climático y limitan sus efectos“, señaló Carolina Vera, recién llegada a Buenos Aires desde Ginebra.
Carolina Vera
Para la doctora en Ciencias Atmosféricas del Conicet Carolina Vera, (premiada recientemente con el galardón Cleveland Abbe de la Asociación de Meteorología de los Estados Unidos), ambos factores también “contribuyen a un manejo sustentable del suelo y a una mejor nutrición”.
Vera participó en representación de la comunidad científica de Sudamérica del plenario del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) en Ginebra, durante el cual 195 signatarios del Acuerdo de París aprobaron el informe divulgado este jueves.
Respecto de ese trabajo, indicó que muestra que las condiciones sobre la tierra (o la parte de la superficie no cubierta por los océanos o hielos) “están degradadas en un cuarto de su totalidad y es una situación crítica con una tasa de explotación de la tierra y agua dulce de las últimas décadas que no tiene precedentes en la historia humana”.
“El cambio climático está empeorando y está socavando la seguridad alimentaria”, agregó Vera, docente e investigadora de la Universidad de Buenos Aires y Conicet y vicepresidenta del grupo de trabajo I del IPCC, que depende de la ONU.
A su vez, remarcó que la tierra que ya estamos utilizando podría alimentar al mundo en un clima cambiante y “proporcionar biomasa para energías renovables aunque requeriría una pronta acción y de largo alcance a través de varios frentes”.
Alrededor de una cuarta parte de la superficie terrestre de la Tierra parece sufrir ya la degradación del suelo, y se espera que la crisis climática empeore las cosas
Carolina Vera
Un manejo sustentable de la tierra también contribuye a la conservación de la biodiversidad y puede jugar su parte para enfrentar al cambio climático, pero no puede hacer todo.
“El informe emite una alerta amarilla acerca de la calidad de ciertas dietas y sugiere ir a otras basadas en verduras, legumbres, pescados y disminuir fuertemente el consumo de carnes rojas”, sugirió Miguel Taboada, director del Instituto de Suelos del INTA, quien resaltó que “en 1990, Argentina producía 25 millones de toneladas de granos. Ahora 150 millones“.
El IPCC también destaca otros factores cruciales que están agravando el calentamiento global, como el mal manejo de los suelos en la agricultura, que reduce su capacidad de absorber carbono, y la desforestación.
No bastará con reducir la quema de combustibles fósiles para enfrentar el calentamiento global.
La agricultura, la desforestación y otros usos de la tierra son responsables de cerca del 25% de las emisiones de gases de invernadero relacionadas con la acción humana, de acuerdo al informe.